Las estrellas de baja masa, como el Sol, se forman a partir de fragmentos de grandes nubes de gas y polvo, que se condensan hasta que se forma un objeto central, o protoestrella, que crece absorbiendo gas de un disco a su alrededor y expulsa el material sobrante a través de dos chorros situados en los polos.
Un gran avance para la ciencia cada vez más cerca de desmentir el bing bang, y dejar a tras la religión
Fuente: la flecha
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